II Jornada Nacional de Homeopatía y Farmacia
La celebración de la II Jornada Nacional de Homeopatía y Farmacia reunió el pasado sábado, 10 de junio, en Sevilla, a cerca de 70 farmacéuticos comunitarios. Al igual que la I Jornada, que tuvo lugar en Granada, fue una oportunidad enriquecedora de encuentro entre profesionales farmacéuticos, con amplia formación y experiencia en homeopatía, que hemos sido capaces de trascender los “tiempos difíciles” de la terapéutica homeopática. Eso, y el calor de Sevilla, por supuesto.
En primer lugar, quiero manifestar mi más sincero agradecimiento al Real e Ilustre Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, por haber acogido esta productiva jornada y, especialmente, a su vocal de homeopatía, Dña. Milagros Olías, quien estuvo en todo momento pendiente de los jornadistas.
Me gustaría resaltar, también, el apoyo que el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CACOF), brinda a la Homeopatía como quedó patente con la asistencia de varios miembros institucionales. Ante tanta crítica recibida, es realmente de agradecer el apoyo de las instituciones.
Entrando en materia, desde mi punto de vista, el planteamiento de esta jornadaha sido extraordinario. Desde la mañana del sábado hasta pasadas las 18h horas, se sucedieron diversas ponencias, de temas muy variados: Cuidados de apoyo del paciente oncológico mediante homeopatía (con protocolos desarrollados y utilizados en Francia); La homeopatía y los medios de comunicación; La realidad de la investigación y las publicaciones científicas de homeopatía; La gestión de la categoría en la oficina de Farmacia; Presentación de botiquines homeopáticos en distintas patologías (dolor, estrés y patología femenina). Los ponentes, magistrales, consiguieron una aceptación enorme por parte de los asistentes, que, en general, destacaron el carácter científico y profesional de la jornada.
Es para mí una gran suerte el poder haber asistido a esta jornada en la que, vuelvo a remarcar, me he visto rodeado de grandes compañeros de profesión, farmacéuticos en los que primaba la ética en el cuidado y bienestar de nuestros pacientes, un inmenso interés en profundizar conocimientos sobre los medicamentos homeopáticos (os recuerdo que el farmacéutico es el profesional que conoce más a fondo cualquier medicamento, y los medicamentos homeopáticos, legalmente lo son) y una conciencia común de seguir avanzando, creciendo, conociendo y compartiendo conocimientos.
Porque, en definitiva, la homeopatía es eso: un planteamiento y actitud ante la vida en la que nos involucramos, como profesionales, de una manera activa y efectiva para hacer que nuestros pacientes tengan una mayor calidad de vida. Y eso es una realidad, que cada vez más pacientes agradecen. Y es que, aunque algunos no lo quieran aceptar, la homeopatía se mueve y seguirá moviéndose.